[vc_row][vc_column][ultimate_spacer height=”10″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][ultimate_heading margin_design_tab_text=”” sub_heading_font_size=”desktop:16px;tablet:14px;tablet_portrait:14px;mobile_landscape:12px;mobile:11px;” sub_heading_line_height=”desktop:26px;tablet:24px;tablet_portrait:20px;mobile_landscape:20px;mobile:18px;”]
El papa Francisco regresó al Vaticano con 12 refugiados sirios tras una visita a un campamento de migrantes en la isla griega de Lesbos.
Tres familias, incluyendo seis niños, abordaron el avión oficial del Papa al final de la visita.
El Vaticano emitió un comunicado declarando que el pontífice “quería dar un gesto de bienvenida” a los refugiados.
Miles de migrantes se encuentran varados en Lesbos, después de un acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, logrado el mes pasado, para contener el flujo migratorio.
Lesbos ha sido el punto de llegada de centenares de miles de personas que han huido de guerra, opresión y pobreza en Medio Oriente, África y Asia, en busca de mejores perspectivas en Europa.
Sin embargo, a raíz del acuerdo entre la UE y Turquía, también ha sido escenario de cientos de deportaciones.
Francisco visitó el campamento de Moria, este sábado, donde almorzó con unos 3.600 migrantes, incluyendo mujeres y niños.
Cánticos de “libertad” recibieron al Papa en el campamento, antes de reunirse con sirios, afganos y yazidíes.
A medida que caminaba por el campamento, varias personas se arrodillaron a su paso, llorando descontroladamente.
En un discurso que abordó el dilema moral de la crisis de refugiados, el pontífice les dijo a los migrantes que “no pierdan esperanza… no están solos”.
[/ultimate_heading][/vc_column][/vc_row]