Por: Jesús Nevárez
Vaya semana de: pactos, presos, balazos, heridos, austeridades, reclamos, acusaciones, protestas expresas o acalladas, inconformidades silenciosas, incertidumbre y miedo.
El presidente en una situación de crisis muy fuerte. Se está perdiendo el presidencialismo, la discrepancia hecha pública del General Secretaria de la defensa criticando el papel de policías del ejército y su presencia en las calles sin tener un soporte constitucional inicia el declive.
Los pactos económicos presidenciales con los organismos empresariales y en algunos casos con organismos obreros incondicionales del gobierno nunca se habían discutido, menos rechazado, históricamente los empresarios se han disciplinado, esta vez el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) lo hizo y no solo eso, defendió y justificó el pacto presidencial, pero… la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) no lo aceptó, y lo que es peor, hizo sus propia propuesta tocando lo que el Presidente se niega a hacerlo: el gasto en publicidad, los salarios de la cúpula gobernante, las millonadas destinadas a partidos políticos llenos de sinvergüenzas, parásitos y vividores, medidas que sin duda urgen. Hasta este momento, el gobierno federal no ha emitido ninguna opinión sobre la propuesta de COPARMEX, los partidos políticos menos, tampoco diputados, senadores ni gobernadores.
En este tema no solo se vulnera el presidencialismo, también se dividen los empresarios, en los sucesivo podremos esperar un sector empresarial mas critico, mas propositivo, mas independiente, y por lo tanto con un mejor papel social con los que se va a tener que dialogar y negociar en serio.
La postura de COPARMEX es un reflejo de que los empresarios también están sin opciones, sin salidas, acorralados por una política económica que lesiona a todo mundo, pero también, la pérdida del control del presidente.
Ante la ola de protesta social, el presidente sale a proponer una serie de alicientes para la economía familiar que se quedo en planteamientos generales, llegó a decir que personalmente vigilará que los precios no suban, no entendí esto, ira con su esposa a los mercados, a las tienditas, a las fruterías, se subirá a camiones, combis, Taxis a verificar tarifas. No entiendo como lo hará, llegará acompañado de su equipo de colaboradores vestidos con casimir inglés y oliendo a fragancias comprados en las tiendas exclusivas de Nueva York a preguntar por el precio de tortillas.
La propuesta de este pacto para “apoyar la economía familiar” fue realizada con el mismo método de todas las propuestas anteriores, sin discutirlo con nadie, aparece de la noche a la mañana, con la sola argumentación presidencial, se excluyen académicos, economistas, investigadores, empresarios. La inteligencia de este país es minimizada, ninguneada y burlada.
La protesta está siendo criminalizada, en Durango hay tres presos en el penal de alta seguridad de Guadalupe Victoria. En nuestra opinión ellos no son culpables de nada, ellos y los miles de ciudadanos que demandamos su libertad solo reaccionamos ante un hecho imposible de admitir que es el alza del precio de la gasolina, no se confundan, ellos no son culpables de nada, los culpables son los que decretaron el “gasolinazo” sin haber sensibilizado a la sociedad, sin una explicación detallada y entendible, solo la imposición de las decisiones y luego la persecución, la siembra de provocadores y la cárcel para quienes con medidas radicales o no se oponen.
Sostenemos que el bloqueo fue menos perjudicial que el mismo gasolinazo, por lo tanto nos pronunciamos por la libertad de los detenidos.
Junto a estos hecho graves surgen aparentes medidas solidarias o de austeridad, los diputados locales deciden no aumentarse el salario, eso no es serio, lo que queremos es que les paguen menos, creo que con diez salarios mínimos tienen y la cancelación de bonos y todo tipo de sobresueldos.
Así están las cosas en Durango, con presos, balazos, heridos, austeridades, reclamos, acusaciones, protestas expresas o acalladas, inconformidades silenciosas, incertidumbre y miedo. O no.