“En tiempos de mentira universal, decir la verdad constituye un acto revolucionario”
George Orwell.
Detrás de la Censura existen intereses oscuros que provocan lo siguiente:
- Campañas de desacreditación.
- Medios obedientes a una sola narrativa (oficial). (Obediencia al Establishment).
- El descaro de la desinformación. (Dime cual es el medio y te diré sus intereses).
- La cultura de la cancelación.
- La cultura de lo políticamente correcto.
- Polarizar lo estable. (Financiamiento a lobbies radicales).
- Se desmonta “la falacia de autoridad” del ejemplo de la democracia de los EEUU. (Ni golpe, ni democracia, el Deep State impone sus intereses).
Durante décadas se ha permeado sigilosamente una “nueva cultura universal”, desde luego que con el “boom” de las redes sociales, esta implementación ha crecido exponencialmente. Se promueve y se impone una nueva narrativa de un adoctrinamiento general. Se trata de deconstruir la cultura e imponer una nueva “normalidad” cultural (Político, económico, social, religioso, etc.).
En los últimos años, muchos medios de comunicación, periodistas, investigadores, escritores, grupos políticos, académicos, activistas, etc. Han sufrido la censura de los poderosos medios de información. Muchos han sucumbido solo por tener una “opinión diferente” a la del orden establecido. Han caído por tener sentido común y por tener criterio, por expresarse.
Atrévete a ser peligroso, atrévete a expresarte, atrévete a ser diferente.
Dr. Jordan Peterson
De esta forma, muchos de ellos han pagado el precio, han preferido caer que prostituir sus principios, han optado por soportar y desplomar por ser auténticos ante las demandas de los gigantes de la información antes que venderse para ser cómplices de la manipulación mediática.
En este sentido, el imponer una nueva narrativa es muy peligroso, ya hemos sido testigos del poder que tienen los grupos radicales (lobbies) que ocasionan revueltas y desmanes en diferentes ciudades, un claro ejemplo es el poder que le han otorgado al feminismo radical. La principal responsable de esto, es la ONG Open Society Fundations, propiedad del millonario y progresista George Soros, que en las últimas décadas están tratando de cambiar la cultura a través de la narrativa de los falsos derechos.
Una cultura se define por los valores compartidos entre un grupo de personas. Estos valores están representados y respaldados por narrativas compartidas. Las narrativas culturales sobreviven porque se repiten. Cuanto más se repiten y se creen, más fundamentales se vuelven para la identidad del grupo.
Cuando las narrativas culturales dejan de repetirse, dejan de ser parte de la cultura y los valores que representan se eliminan de la identidad y toma de decisiones del grupo. De esta manera, la cultura enmarca las batallas de la economía y la política, ya que la cultura dicta lo que es valioso e importante para el grupo y luego la política y la economía promulgan esos valores en el mundo real.
La tecnología altera fundamentalmente la cultura porque la puede moldear y determinar involuntariamente qué narrativas se transmiten más lejos, más alto y con más frecuencia.
Todo el problema actual con las redes sociales es que los disidentes del sistema de la narrativa oficial como: periodistas, políticos, escritores, activistas, medios alternativos, etc., que se expresan con opiniones o intereses contrarias al “sistema de la narrativa oficial” y que se difunden más y más ruidosamente en estas plataformas, tienden a ser muy peligrosos para los intereses de manipulación de la narrativa oficial que se está imponiendo. Porque en las redes sociales, las narrativas se repiten con mayor frecuencia y, por tanto, se convierten en narrativas que llegan a definir nuestra cultura. Repetición de mensajes.
Pero las narrativas que se nos están imponiendo son laxas, si bien es cierto que están derribando estructuras, pero no construyen nada en su lugar. Son narrativas que debilitan el pensamiento, el criterio y los valores de una persona, en pocas palabras, deconstruyen a las personas para que estas sean fáciles de manipular y por tanto de controlar y someter.
Estamos viviendo en la mejor era de la historia, donde prácticamente lo tenemos todo desde el punto de vista material. La tecnología a través de las plataformas digitales ha venido a revolucionar en todos los sentidos nuestra vida, principalmente en la forma de pensar y por tanto de actuar. Pero se ha evidenciado y debilitado mas nuestra estructura interna, de nuestro ser. Consecuencia de esto, las personas son más ansiosas y depresivas y como resultado, más consumistas (Conveniente para todas las plataformas digitales).
Como dijera José Ortega y Gasset “somos hijos de nuestro tiempo”, ya que estamos permitiendo que las plataformas digitales moldeen nuestro pensamiento, y por tanto, nos están educando (deformando). No es ninguna casualidad que las corporaciones tecnológicas sean las más poderosas del planeta, no es casualidad que estás, tengan toda nuestra información personal y “sepan” como utilizar esa información para mantenernos cada vez más adictos, inseguros e insatisfechos. Por eso las economías han dejado de ser de producción, y ahora son economías de consumo desmedido. Son precisamente esas corporaciones que promueven y dominan la “narrativa oficial”.
Lo que acaba de ocurrir en las elecciones de los EEUU, es el claro ejemplo de cómo actúan las elites corporativas y caprichosas del Establishment, lo cual es solo una pequeñísima parte de la punta del iceberg de las perversiones que se hacen, es algo que apenas se asomó de la espantosa cloaca.
Nos dejó claro, que lo que les importa más que nada, son los intereses creados por el poder y para el poder configurados en diversos lobbies, lobbies disfrazados de ONG’s que “defienden e inventan” los falsos derechos y, estos a su vez deconstruyen la cultura de un determinado país.
Es evidente que hay una censura sistemática y generalizada, que se está dando a los sectores en contra de la narrativa oficial. Esto de la censura, no es novedad, simplemente ha cambiado de medios y tiene un impacto que no tiene precedentes. Porque las redes sociales son escandalosas al darle voz y voto a cualquier persona y en cualquier momento, cosa que no se podía con el periódico, la radio y la televisión.
En su momento de mayor eco, la radio y el periódico que difundían y manejaban las “versiones oficiales”, contralados por los grupos de poder, también manipulaban los mensajes a su antojo en cualquier dirección, tenían la enorme ventaja de no dar derecho de réplica, na había forma de refutar su versión. Lo mismo ocurría con las cadenas de televisión, solo que estas en la actualidad, siguen contando con gran impacto y poder para la manipulación.
Se trata pues, de una manipulación por la batalla cultural, industrial, mediática, digital, financiera, académica, bélica, petrolera y geopolítica. Y desde luego que si hay precedentes sobre esta situación (Edward Snowden y Julian Assange), pero nuestra memoria cortoplacista y sometida en la narrativa oficial, no nos permite reflexionar.
Las elecciones de los EEUU quedaron marcadas por la ilegitimidad y por el poder político, que este mencionado país nunca ha sido ni es un ejemplo de la democracia, sino un imperio que controla el poder a través de todos sus poderosos lobbies.
Tal como lo expreso Pedro Baños, quien es ex jefe de contra inteligencia del pueblo europeo en España, y es una referencia en geoestratégica y geopolítica: <<Se trata de una “supuesta democracia” por parte de las elites de banqueros, empresarios, CEO´s, políticos, corporaciones, televisoras, que toman todo el partido… A base de ese bombardeo en una sola línea (una sola narrativa) y en un solo sentido… por eso, pareciera que es normal que las personas se crean todo lo que ven y escuchan, por la utilización de la manipulación en su máximo esplendor. Estas grandes corporaciones, tienen equipos especializados en grupos de expertos en psicología y conducta humana, para condicionar el voto, la percepción, manipular la opinión, provocar altercados, etc.>>. Hace algunos años, Mark Zuckerberg admitió en el Senado norteamericano, que las élites de Silicon Valley son “progresistas”, y que a ello obedece la guerra ideológica contra disidentes.
¿Quién está detrás del poder?
Hay un poder oculto que pocos hablan de él (y quienes hablan de él, sufren las consecuencias), un poder que trabaja desde las sombras y es el autor intelectual de todos los sucesos económicos y políticos del mundo, este poder es quien maneja y dicta esta narrativa oficial que se está imponiendo. Se trata de Black Rock, que es el banco de inversiones más grande del mundo. Este banco es controlado por Laurence “Larry” Fink, un billonario progresista, CEO y fundador del mismo Black Rock, además de quien es socio y amigo de Jeff Bezos (Amazon), y dueño del periódico The Washigton Post (Anti-Trump).
Black Rock junto a sus socios The Vanguard Group, son las corporaciones más grandes y poderosas del planeta. Black Rock es el mayor administrador de activos del mundo, cuenta con más de 6 billones de dólares en activos de administración directa y otros 20 billones de dólares administrados a través de su software de administrador de riesgos. En el 2008, en la crisis hipotecaria cuando colapso la economía, Black Rock fue el “enormemente beneficiado”.
Black Rock es quien controla a los gigantes tecnológicos, al ser accionista mayoritario de Alphabet (Google-Youtube) 40.2%, Facebook 41.8%, Apple 26.7%, Microsoft 33.6 y con acciones en Amazon 7.1%. Black Rock es propietario de Pfizer y accionista importante de las farmacéuticas (laboratorios) más grandes del mundo (dueños de empresas relacionadas con la salud).
También tiene acciones en Exxon Mobile, Chevron, JP Morgan, General Electric, China Mobile, Toyota Motors, Walmart, Nestle, Wells Fargo, Petrochina, British Petróleo, entre otros. Black Rock controla el petróleo en México, estuvo detrás de la privatización de PEMEX.
Además, controla a Argentina, es el principal acreedor de la deuda en este país. Durante la pandemia, a Black Rock le fue otorgado un contrato, de ley de ayuda, alivio y seguridad económica del coronavirus, conocida como LEY CARES. Tampoco es irrelevante mencionar que Black Rock controla la reserva federal de los EEUU.
El periodista estadunidense, Peter Ewart mencionaba en un artículo <<Ya no se trata del capitalismo clásico, sino un capitalismo de monopolios de Estado, donde las empresas gigantes se respaldan con fondos públicos… >>. Como es de apreciarse, que los países se endeuden cada vez más a los organismos como el Fondo Monetario Internacional y Banco del Mundo, estos que obedecen a los intereses de las corporaciones globalistas.
Dato interesante, es que Larry Fink, fue señalado en la campaña del 2016 como secretario de tesoro con Hillary “killer” Clinton. Detrás de este Ecologismo que tanto promueve esta narrativa oficial, con el discurso del cambio climático y de la “supuesta” sobrepoblación en el mundo, no tiene otra cosa más que impulsar miles de leyes y regulaciones que beneficien a las mismas personas y las elites globalistas. De tal forma, que esto de la sustentabilidad y economía verde es una farsa, porque deja a los países en miseria y endeudados, ya que los obliga a invertir en miles de millones de dólares (inversiones públicas).
¿Y quién es el que administra los fondos de inversión? El mismísimo Black Rock. En México, Larry Fink se declara “amigo” personal de López Obrador, ha hecho “numerosos negocios” con él, que incluyen el endeudamiento del país, donde ha entregado la educación del país (México) a manos de Microsoft. Larry Fink ha dicho que México es el mejor país de Latinoamérica para invertir (controlar). Por eso, hoy en día, los gobiernos latinoamericanos están más obsesivos con la digitalización compulsiva, por la imposición de las grandes corporaciones.
Lo que estamos presenciando no es nada nuevo, se trata de una dictadura del Establishment de otras formas, no es de sorprenderse que los dueños del sistema hagan sus “quehaceres” para continuar con la hegemonía.
Los últimos sucesos nos han dejado ver del poder de las corporaciones para controlar y manipular cualquier cosa (como imponer presidentes). No nos ven como ciudadanos, sino como productos controlados por un puñado de corporaciones que manejan a su antojo cualquier información para sus fines.
Hace tiempo que la democracia ha dejado de existir, la supuesta política actual es parte del juego de la dialéctica y de la misma simulación política, lo que verdaderamente domina es quien mueve los intereses: el grupo político, corporativo, militar y financiero.
No tiene por qué estar de acuerdo conmigo, continuamente se me tilda de ser promotor de las “teorías de la conspiración”, a pesar de que todo lo que escribo es de fuentes oficiales y complementándolo con medios de comunicación independientes, que por cierto, son fuentes confiables y verificables. Siempre estaré dispuesto a escuchar a la contraparte, siempre y cuando se exponga con fundamentos.
Dicho esto ¿Quién es el que está mal aquí? El que se niega a buscar y a escuchar versiones disidentes y da un espacio para la reflexión para ampliar el criterio, o el que solo se deja llevar por la narrativa oficial de sus diferentes medios.
Autor. Paolo Enrique García Cárdenas
“Soy mucho más de lo que leerás y escucharas de mí”.
Apasionado del mundo del emprendimiento y de la formación.