La contaminación por plástico es uno de los temas ambientales más preocupantes: cada año, entre cinco y trece millones de toneladas de desechos plásticos terminan en los océanos de todo el mundo.
Muchos animales marinos como las ballenas, los delfines, las tortugas y las aves, son heridos por comer esos desechos, que a veces llegan a matarlos, o también pueden quedar atrapados en ellos.
En total, el plástico mata cada año cerca de 1 millón de aves marinas, 100.000 mamíferos marinos e innumerables peces. Se trata de una problemática grave que necesita soluciones creativas y urgentes.
Por eso, la respuesta que encontró la comunidad Tzutujil de la intendencia guatemalteca de San Pedro Laguna merece un aplauso: los nativos dejaron de usar bolsas plásticas y recuperaron una tradición que consistía en envolver los alimentos u objetos pequeños en hojas de plátano para transportarlos.
Esta iniciativa puede darnos una lección:
No hay una solución única para todos, sino que en cada región del mundo es necesario pensar respuestas locales y que contemplen sustitutos del plástico que puedan estar al alcance de la mano.
Tal vez en una gran ciudad la hoja de banano no sea la solución más práctica, pero sí lo sea en muchas poblaciones tropicales. Y de la misma forma, las soluciones que puedan adoptarse en las ciudades, como los bioplásticos, tal vez no sean las más prácticas en algunos rincones del planeta en que sea más sencillo resolver la necesidad de transportar los alimentos con algún recurso con el que cuentan de forma natural.
En algunos lugares del mundo se están tomando medidas para reducir o prohibir el uso de bolsas plásticas para las compras. En Irlanda, por ejemplo, se aplica desde 2002 un impuesto de 20% en las compras a quienes utilicen bolsas plásticas y así se redujo en un 90% su utilización.
En algunos estados de Estados Unidos, Australia, México y de otros países, las bolsas plásticas también están prohibidas y reguladas, y una de las últimas en incorporarse es la Ciudad de Buenos Aires, que las prohibirá en supermercados desde el primer día de 2017.
Sin embargo, para que la transición desde las bolsas plásticas a una manera más sustentable de transportar los productos recién comprados sea exitosa, es necesario que exista un reemplazo práctico, ecológico y económico para ellas. Y para que sea realmente sustentable, lo mejor es que cada ciudad, región o comunidad se encargue de decidir de qué manera puede contribuir para encontrar soluciones más sustentables para el planeta.
La intendencia de San Pedro La Laguna respalda la iniciativa tomada por los miembros la comunidad Tzutujil y propone prohibir su uso en la localidad. Pero a diferencia de otras prohibiciones que encuentran rechazo en las poblaciones que intentan burlarlas porque no pueden adaptarse con facilidad, esta normativa seguramente no causará un problema, porque ya fue precedida por una práctica sustentable.
La preocupación de la comunidad, que vive del comercio y del turismo, por reemplazar las bolsas plásticas, surgió al empeorar la contaminación de las aguas del lago Atlitlán, alrededor del cual está organizado el pueblo.
Las hojas de plátano utilizadas como empaque para los alimentos fueron abandonadas por la comunidad cuando se comenzó a imitar la costumbre extranjera de utilizar bolsas de plástico, pero finalmente redescubrieron que en sus tradiciones estaba la mejor opción para ellos y su ambiente.