La Secretaría de la Marina (Semar) informó que elementos de la dependencia permanecerán en la sierra de Durango y Sinaloa como parte de un operativo para restablecer el orden y la seguridad, esto tras el mecanismo implementado para recapturar a Joaquín El Chapo Guzmán.
La dependencia también negó que el operativo haya derivado en violaciones a los derechos humanos y descartó que familias de Tamazula, Durango, hayan presentado denuncias en contra de elementos de la Marina por esta situación. “Hasta el momento, esta Secretaría no ha recibido notificación oficial alguna en relación a denuncias de violación a los derechos humanos de la población antes referida, pero en caso de recibirse será atendida a la brevedad y conforme a lo que marca la ley”, externó la dependencia mediante un comunicado.
La semana pasada varios medios nacionales reportaron el éxodo de cientos de habitantes de Tamazula, quienes se acercaron al municipio de Cosalá tras huir de los operativos que la Marina realiza en la zona en contra del crimen organizado.
Diversos ciudadanos declararon que se acercaron a Sinaloa para evitar ser víctimas del fuego cruzado, incluso algunos solicitaron ayuda a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Sinaloa, que prestó asistencia para que los duranguenses llegaran a salvo a Cosalá.
En esa zona presuntamente fue atacado “El Chapo”, quien después logró huir herido por autoridades.
La recaptura de este narcotraficante mexicano, dejó techos de casas perforados y carros calcinados con más de una docena de balazos en la sierra de Durango, donde ahora hay poblados desolados y un misterioso rancho fuertemente custodiado.
No hay ni un alma en varios poblados de Tamazula: después de haber vivido momentos de terror, todos sus habitantes huyeron despavoridos hasta la ciudad más cercana, Cosalá, Sinaloa, a través de sinuosos caminos de terracería en los que pastaban vacas abandonadas.
Sólo en la remota comunidad de El Limón hay elementos de la Marina Armada, asegurándose de que nadie se acerque al rancho.
Según los vecinos desplazados, fue ahí donde los marinos empezaron a balear casas desde helicópteros en un operativo que luego se extendió a otros poblados de la Sierra Madre Occidental.
Al querer entrar a la propiedad, cercada con cadenas con púas, un equipo de la AFP fue interceptado por tres marinos que, apuntándoles con rifles, inquirieron a gritos quién les había autorizado a llegar hasta allí.
Poco después, un superior grabó en video a los reporteros y les explicó que tenía instrucciones de no dejar pasar a nadie porque ese rancho estaba “intervenido”.
El misterio de este rancho, al que las autoridades no dejan pasar ni siquiera a vecinos, sólo incrementa los interrogantes sobre lo que pasó durante el intenso operativo de caza contra el jefe del cártel de Sinaloa, que se fugó el 11 de julio pasado de una prisión en el centro de México dando un duro golpe al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Marta Marbella y Francisca Quintero Sánchez, vecinas de la comunidad de El Verano, hablaron días atrás con miembros de la Marina, que afirmaron que habían disparado porque estaban siendo atacados, algo que ellas niegan.
“Que la Armada disparó sobre casas de la población civil es falso, (pero) obviamente cuando se encuentran con gente que dispara, van a repeler la agresión”, dijo a la AFP una fuente del gobierno federal que pidió el anonimato.
Hasta el momento no se han reportado muertos o heridos por el caso, pero la diputada local por Cosalá, Lucero Sánchez, denunció que habría al menos ocho desaparecidos.
Desde la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Sinaloa, no cuentan con reportes de desaparecidos pero subrayan su preocupación por un supuesto intento de las autoridades “de quitar evidencias”.