Transcurría la primera mitad del siglo XVIII por los años de 1738, cuando la noble y callada ciudad colonial de Durango. En el interior del sacro recinto de la Santa Iglesia Catedral, se había presentado un hecho insólito
Transcurría la primera mitad del siglo XVIII por los años de 1738, cuando la noble y callada ciudad colonial de Durango. En el interior del sacro recinto de la Santa Iglesia Catedral, se había presentado un hecho insólito