Cuenta Lozoya, que alrededor del año 1600, vivió una bruja de aspecto muy bello y elegante, pero que guardaba una mirada feroz y tenebrosa, y sobre todo, se notaba que a pesar de su belleza era una mujer muy resentida con la vida, ya que su enojo y resentimiento era porque nadie creía de los poderes que ella misma decía tener, mujer que molesta y harta de tal situación decidió demostrar su poder convenciendo a los hombres que eran mayores que tenía poderes muy fuertes e indestructibles y que ella los ayudaría a vencer a sus enemigos así que después de lograr sus objetivos, dicha bruja comenzó a ordenar las fechorías más crueles de la región, siendo los más perjudicados todas aquellos que no habían querido obedecer sus órdenes, sobre todo las mujeres celosas de su belleza y los hombres que no cayeron a sus encantos.
La bruja gozó por mucho tiempo de su poder y fama, aparte de los favores que los habitantes del lugar (colonia La Ciénega), hacían lo que fuese que ella les ordenara, pero llegó el momento en uno de sus aliados movido por sus sentimientos y su arrepentimiento, logró que las autoridades detuvieran a la malvada mujer siendo condenada a morir. Pero las autoridades no sabían cómo hacerlo ya que ella se reía de todos diciendo que ella era una bruja muy poderosa y nada ni nadie le podía hacer nada, ya que ella tenía un aliado muy poderoso que era el mismísimo demonio, siendo así que las autoridades decidieron envenenarla, pero el veneno que le dieron, no le hizo nada y ella riéndose de ellos les volvía a decir que ella era más poderosa.
Como vieron que el veneno no le hizo nada, le dieron vidrio molido, el cual se lo dieron a la fuerza, pero sucedió lo mismo, el vidrio no le hizo nada, y la malvada bruja se reía de ellos, ja,ja,ja, no les digo que no me pueden hacer nada, tengo conmigo a Satán, y él es mi fuerza, ja, ja, ja,
La autoridad junto con un sacerdote decidieron ahorcarla y a la vez quemarla, ahí quedó la bruja, a sus cenizas, el clérigo arrojo agua bendita, así que ya no pudo reír. Según se llegó a contar se dijo que la bruja antes de morir, lanzó maldiciones a todos los presentes que estuvieron en su muerte, y que desde ese día la veían por las noches pasar volando diciendo maldiciones y carcajadas. Se cuenta que en Durango, con el paso del tiempo se fue borrando esta historia, será que se acostumbraron a ver y oír a la bruja que ya no le hicieron caso y por tal motivo dejo de vérsele.
Pero es muy comentado desde que ocurriesen estos hechos hasta la fecha, de los centenares de ciudadanos de diferentes generaciones y épocas, incluso de visitantes y turistas, que han observado y escuchado de las risas o el ver a una mujer de aspecto grotesco, como se posa en las cornisas de las antiguas casonas e incluso se posa en los balcones de catedral, o de diferentes recintos sagrados cercanos al que fuese el Antiguo Arroyo de San Vicente, entubado desde 1982 y conocido como el Bulevar Dolores del Rio, pero que en esa época dividía a Analco de la ciudad de Durango, y que alimentaba de agua a la colonia La Ciénega, donde todavía existe el viejo ahuehuete del que se sostuvo colgado el cuerpo de “La Bruja de Durango”.
Actualmente todavía se corre la voz, que se escucha con más frecuencia en los últimos meses, sobre todo por el ‘Paseo Las Alamedas’, o entre los árboles de la Plaza Baca Ortiz, esto según informan vecinos y transeúntes nocturnos, mismos que aseguran haberla visto, como de las 22 horas hasta que comienza el amanecer, ciudadanos mismos que tan solo se santiguan, rezan y cambian de calle.