Después que las primeras filmaciones en tierra Duranguense comenzaran a ver la luz, los ojos de cineastas internacionales voltearon la mirada al cielo de este bello estado. Durango vio nacer a su trío fílmico más destacado.
Si recordamos un poco, la primera película que nació en suelo de alacranes fue “Un tren llegando a Durango” en 1898 a cargo de la productora americana Edison Studios. Posteriormente, quien se puede decir que “lanzó a la fama” a nuestro estado fue Francisco Villa con la filmación de las batallas de Ojinaga, Torreón y Zacatecas y que estuvieron a cargo del cineasta estadounidense Raoul Walsh. Esto para el año 1914.
Francisco Villa o el “Centauro del Norte” como le conocían, fue el primer actor duranguense que se aventuró ante las cámaras del cine. Posterior a él, Durango vio nacer a otras tres figuras importantes del cine:
Conocida por la mayoría de los duranguenses, admirada en varios países del mundo, Dolores Asúnsolo y López Negrete fue la figura estelar de toda la producción cinematográfica mexicana. La pequeña Dolores fue la única hija de Doña Antonia y Jesús Leonardo Asúnsolo. Su carrera como actriz comenzó en Hollywood, donde llegó a ser considerada una de las mujeres más bellas del cine en su tiempo, convirtiéndose también en una celebridad de talla internacional. En su estancia en ese país, Dolores filmó más de treinta películas entre las que destacan Resurrection (1927), Revenge (1928), Ramona (1928) y Evangeline (1929). Cuando su fama entró en declive regresó a México, donde inició una nueva y exitosa carrera.
Dolores encabezó algunas de las más elogiadas cintas de la Época de Oro del Cine Mexicano, y se mantuvo en el ambiente cinematográfico por treinta años. Entre estas cintas se encuentran Flor Silvestre (1943), María Candelaria (1943), Las abandonadas (1944), Bugambilia (1944) y La malquerida (1949).
Junto con Lupe Vélez, Katy Jurado y Salma Hayek, Dolores del Rio es considerada una de las actrices mexicanas que han logrado triunfar en Hollywood.
Andrea Palma fue el nombre artístico de la actriz duranguense Guadalupe Bracho Gavilán. Nació el 16 de abril de 1903 en la ciudad de Durango, fue hija de Luz Pérez Gavilán y de Julio Bracho y Zuloaga y además fue prima de la actriz duranguense Dolores del Rio.
Debutó en el cine mexicano en 1933, a la edad de 26 años, con papel estelar en la Película “La Mujer del Puerto”, cinta clásica del cine nacional y que es considerada actualmente como una verdadera joya cinematográfica.
La carrera de Guadalupe comenzó en el teatro, donde vio surgir su primera oportunidad de actuación y que fue todo un éxito.
Mucha gente la llamaba Andrea por su tienda de sombreros, así que decidió adoptar este nombre. El apellido lo tomó de una de sus clientas, una mujer muy guapa, esposa de un general Palma. Así surgió Andrea Palma.
Fue entre los años 1920 y 1930 cuando, al volver a Norteamérica, comenzó a escalar su carrera como actriz al lado de su prima Dolores del Rio y Ramón Novarro.
De regreso en México y con su participación en la película “La Mujer del puerto”, Guadalupe se convierte en una superestrella prácticamente de la nada. En los siguientes años fue muy solicitada en el ámbito cinematográfico.
Ramón Novarro
Este actor fue uno de los grandes ídolos del cine mudo. Creció en el seno de una familia acomodada, que al estallar la revolución se trasladó a los Estados Unidos hacia el año 1914.
En su adolescencia comenzó a trabajar en el mundo del espectáculo en oficios como camarero cantante, intérprete en obras de vodevil o profesor de piano.
En 1916 inició su carrera como actor en Hollywood interpretando papeles secundarios en películas como “Juana de Arco” (1916) o “The Little American” (1917), ambos films dirigidos por Cecil B. DeMille.
Su salto al estrellato se produjo cuando protagonizó “El Prisionero de Zenda” (1922), un título con dirección de Rex Ingram.
Ramón Novarro tuvo brillantes actuaciones en películas como “Scaramouche” (1923), “El Árabe” (1924), las dos dirigidas por Ingram y co-protagonizadas por la mujer de este último, Alice Terry; “Ben-Hur” (1926) de Fred Niblo, y “El Príncipe Estudiante” (1927), película dirigida por Ernst Lubitsch.
Novarro vivió la llegada del cine sonoro, el cual no perjudicó su imagen ya que poseía una voz encantadora, sin embargo, la calidad de sus películas dejó mucho que desear, lo cual deprimió al actor al darse cuenta como poco a poco perdía el estelar.
La muerte del actor resultó bastante trágica y brutal, ya que al ser homosexual fue víctima de la violencia de dos hermanos homofóbicos, quienes lo asesinaron cruelmente dentro de su hogar.
El actor duranguense murió en 1968 con 69 años de edad.