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La visita de los 7 templos (Lectura / Video)

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De entre las más conocidas leyendas de Durango, se encuentra aquella que cuenta la historia de una dama que elegantemente vestida, visitó los templos de la ciudad a bordo de uno de los primeros taxis de principios de los años cincuenta, cuando el rock and roll y los movimientos de modernidad ya estaban presentes en esta ciudad capital.

Se dice que los hechos ocurrieron una noche de 1950 por el centro de la ciudad, precisamente el Jueves Santo, en la que en ese entonces fuese la avenida principal 5 de Febrero, transitaba un carro de sitio que regresaba de llevar un pasaje. El conductor, ya cerca de la medianoche, vio a una mujer muy bien vestida que le hacía la parada con un pañuelo blanco, y a quien recogió para luego llevarla a cumplir una manda, que según pidió la mujer.

Intrigado pero servicial, el chofer la llevó al primer templo Sagrado Corazón, siendo en éste que la mujer bajó y caminó por el atrio, sin siquiera tocar ni esperar a alguien que abriera la puerta, y sin poder comprender el chofer cómo hacía para poder entrar a la iglesia a horas no adecuadas.

Repitiendo este proceder en cada templo que la mujer le indicaba, la mujer visitó esa noche el  templo de San Martín de Porres, el de San Juanita de Los Lagos, el Santuario de la Virgen de Guadalupe, el templo de San Juan Bautista y el dedicado a San Agustín, cerrando éste recorrido la Catedral.

De camino, el hombre estudió a la mujer y se dio cuenta que pertenecía a la aristocracia de la ciudad y que debía estar pasando por algún momento difícil, ya que constantemente se llevaba el pañuelo a los ojos, como si los secara de las silenciosas lágrimas, y que curiosamente en cada subida al coche dejaba un tenue olor a nardos, que el taxista no podía explicar.

Finalmente, al concluir la visita a los siete templos como parte de una manda que la mujer debía cumplir supuestamente para recuperar la salud, le pidió al chofer que la regresara a donde la recogió en el Panteón de Oriente.

La tradición oral dice que al momento de que el taxista pretendió el cobro de sus servicios la mujer con voz serena lo envió a una casa, a mi casa, se dice que dijo, donde le pagarían el dinero solicitado, a cambio de un espléndido anillo de matrimonio que engarzado en oro blanco y diamantes, como prueba de su veracidad.

Parte de la tragedia de la historia es que al llegar el joven al día siguiente al domicilio señalado a preguntar por la mujer y su dinero, el propio hijo de la dama salió a recibirlo, preguntando dónde había conseguido el anillo de bodas de su madre, y al contarle la travesía nocturna por los siete templos de la ciudad el taxista recibió como respuesta una corriente helada bajando por su espalda y erizando sus cabellos: La dama elegante había fallecido hacía más de un año de una enfermedad incurable.

Sin poder reaccionar ni encontrar una explicación lógica a todo aquello, se cuenta que el taxista, sin decir ya ninguna palabra y llevándose la historia más allá de la vida, cayó fulminado. Desde entonces los taxistas de la ciudad cuentan el itinerario fantástico sufrido por un colega suyo, que tuvo a mal trasladar a una mujer en apuros, sólo para darle vuelta a la ciudad y conocer, al final de su vida, que se trataba de “La Dama Elegante” de los 7 templos.

Les dejamos dos cortometrajes que relatan esta historia, el primero con Hugo Stiglitz de hace varios años, y el segundo que es más reciente producido por Duranguenses:[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_video link=”https://www.youtube.com/watch?v=1PAU165UgOM” el_width=”80″ align=”center”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_video link=”https://youtu.be/zVdVBdhxSOs” el_width=”80″ align=”center”][/vc_column][/vc_row]

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