Los productos ultraprocesados son veneno disfrazado de alimentos.
¿Dónde se encuentran los aditivos alimenticios más peligrosos y qué nombres usan para ocultarse?
Aquí tienes una guía esencial para identificarlos y entender cómo afectan a tu salud.
E-621 o Glutamato monosódico
Un ingrediente común en snacks, frecuentemente etiquetado como “potenciador de sabor” o “extracto de levadura”.
Este compuesto engaña a tu cerebro, haciéndote creer que los alimentos sin sabor son irresistibles.
Altera tu sensación de saciedad, lo que te lleva a comer en exceso.
El consumo prolongado de E-621 ralentiza tu metabolismo y puede provocar sobrepeso, entre otros problemas de salud.
¿Esa sensación extraña en el corazón? No es amor, es tu cuerpo pidiendo ayuda.
Un verdadero villano en tu dieta.
E-211 o Benzoato de Sodio
Este conservante adictivo se encuentra principalmente en salsas y bebidas azucaradas.
A menudo aparece con el nombre de ácido benzoico, ya que pertenece al mismo grupo de compuestos.
En ciertas condiciones, como cuando se combina con vitamina C, se transforma en benceno, una sustancia cancerígena.
Tu cuerpo trabaja constantemente para deshacerse de las toxinas que este aditivo genera, aunque muchas veces ni lo notamos.
Una batalla interna silenciosa.
Jarabe de Maíz
El maestro del camuflaje. Se presenta bajo nombres como jarabe de fructosa, sirope de maíz, glucosa o isoglucosa.
Interfiere con la hormona leptina, lo que te impide sentir saciedad y te atrapa en un ciclo interminable de antojos.
Este edulcorante altera tu metabolismo, contribuyendo a la resistencia a la insulina, hígado graso y, finalmente, diabetes tipo 2.
Un lobo disfrazado de cordero.
E-320 o Butilhidroxianisol
Este conservante, conocido como BHA, es un disruptor del equilibrio hormonal y metabólico.
Se utiliza para prolongar la vida útil de los productos, pero puede causar graves alteraciones en tu sistema endocrino.
Está relacionado con reacciones alérgicas, problemas en la piel e incluso se ha señalado como un posible carcinógeno en estudios recientes.
Se encuentra en productos como polvorones y chicles.
E-250 o Nitrito de Sodio
Este aditivo se utiliza para mejorar la apariencia de productos cárnicos y congelados.
Cuando se cocina a altas temperaturas, el nitrito de sodio se transforma en nitrosaminas, sustancias asociadas con el cáncer de esófago y colon.
Por esta razón, algunas normativas alimentarias han limitado su uso, aunque sigue siendo común en embutidos.
E-102 o Tartrazina
Este colorante brillante es frecuente en golosinas, bebidas y postres, y se encuentra bajo el nombre de colorante o con el código CI-19140 en cosméticos y medicamentos.
Aunque parece inofensivo, está relacionado con reacciones alérgicas, inflamación y ha sido vinculado a la hiperactividad en niños.
E-220 o Dióxido de Azufre
Un conservante que se encuentra en frutas deshidratadas y jugos.
También puede aparecer bajo el nombre de anhídrido sulfuroso o sulfitos.
En pequeñas dosis puede ser inofensivo, pero para las personas asmáticas puede desencadenar reacciones alérgicas y problemas respiratorios.
Mientras disfrutas de un producto aparentemente saludable, tu cuerpo lucha contra este aditivo.
E-150d o caramelo de sulfito amónico.
Este colorante, utilizado para dar un aspecto atractivo a los productos, puede ser cancerígeno.
Genera subproductos tóxicos como el 4-metilimidazol, que ha sido vinculado al desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
En algunos países, su uso ha sido restringido.
Estos son los aditivos alimenticios más peligrosos y son una amenaza oculta que debilita tu metabolismo y afecta tu salud.
Hay cientos de ellos, date a la tarea de investigar más.
Los productos ultraprocesados no son verdaderos alimentos, sino creaciones diseñadas para atraer y entretener, no para nutrir.