Catedral Basilica Menor de la Inmaculada Concepción de Durango

En 1563 durante el primer año de la Gubernatura de Francisco de Ibarra se levantó la Antigua Parroquia de la Asunción. Su santidad Pablo V creó el Obispado de Durango. En Octubre 11 de 1620, fue expedida en Roma a instancias de Felipe III rey de España se elevó a la categoría de Catedral.

La Parroquia de la Asunción, fue una Catedral sencilla, infortunadamente tuvo una duración muy corta, solo 11 años, ya que se incendió en 1634, la noche anterior al festividad de Corpus Christi, cuando un petardo cayó en la azotea de paja del Templo, incendiando todo, perdiéndose los primeros datos de la vida de la Catedral en el estado de Durango

En 1635 se había comenzado a levantar la segunda catedral, la cual se vio afectada por el exceso de humedad y tuvo que ser derruida.

La actual construcción, es la que hoy conocemos, se levantó hacia 1695, obra del arquitecto Mateo Núñez. La obra se terminó parcialmente en 1713, pero se dio por terminada de manera formal en 1844. Con la finalización de la decoración interior y altares al igual de los monumentos ya conocidos dentro de la catedral.

Este año “La Catedral” cumplirá 396 años de haber sido elevada a esta categoría.

Hoy en día la Catedral Basílica de Durango es propiedad de la Arquidiócesis metropolitana de Durango. Esta arquitectura cuenta con cinco naves en total, las cuales se encuentran divididas en la principal, al centro, dos laterales y dos que están ocupadas por las capillas, y una cúpula principal. El material utilizado es cantera, manteniendo un estilo Barroco novohispano en la fachada de sus accesos aunado con neoclásico y bizantino en el resto de la construcción.

En la actualidad cuenta con un Museo Sacro con una Galería Episcopal con más de 500 piezas de los siglos XVII y XVIII distribuidas en ocho salas; su acervo incluye medio centenar de óleos, esculturas, muebles litúrgicos, libros corales y piezas religiosas exclusivas. La sala dedicada a los obispos, es considerada la de mayor valor porque guarda la figura física y pictórica de cada uno de los obispos de Durango.

Este edificio histórico a lo largo de los siglos ha acumulado gran bagaje histórico y cultural. Entre ello se encuentran las famosas leyendas de Durango, y entre las cuales la más destacada es la Leyenda de la Monja.