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Templo de San Juan Bautista de Analco

Parroquia de San Juan Bautista de Analco
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Templo de San Juan Bautista de Analco

El barrio de Analco tan mencionado por sus historiadores y poetas, fue el pueblo de indios más antiguo en Durango que mencionan las crónicas, donde se estableció en 1558 la primera misión Franciscana de San Juan Bautista Analco. Fundada por el franciscano Fray Diego de la Cadena.
Dice la historia que después de la fracasada expedición de Ginés Vázquez del Mercado quien en 1522 vino a estas tierras buscando una montaña de plata, se fundó en la Comarca de Nombre de Dios el convento de San Francisco, de donde partieron los frailes franciscanos a explotar el valle que después se llamó Guadiana.

Llegaron a la orilla de un manantial de agua termal, rodeado de exuberante vegetación con un paisaje bello y un clima agradable que se situaba en las cercanías de un arroyuelo, en donde los misioneros decidieron establecer un pueblo de indios, al que los naturales llamaron Analco palabra que en idioma indígena quiere decir: “a la orilla del agua” o “al otro lado del agua”.
El misionero advirtió que las condiciones eran propicias para la evangelización, objetivo supremo de su hacer y de inmediato estableció en el lugar una pequeña ermita a la que denominó Misión de San Juan Bautista de Analco que dependía de la Misión de San Francisco de Nombre de Dios. Esto sucedió el año de 1558.
Cinco años después en 1563, llegó a estas tierras acompañado de un nutrido ejército, el Capitán español Francisco de Ibarra, quien le puso al valle el nombre de Guadiana y fundó frente al pueblo de indios de Analco, el 8 de Julio de 1563, lo que es la ciudad de Durango y que en ese tiempo sería la capital de la provincia de Nueva Vizcaya cuya conquista y evangelización apenas se iniciaba.
El tiempo pasó, la ciudad de Durango creció y el pueblo de Analco poblado en su mayoría por indios tepehuanos, se desarrolló conservando siempre su misión.

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Cuando en 1605 visitó la ciudad Alonso de la Mota y Escobar, Obispo de los reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya y Nuevo León, en la descripción de la ciudad de Durango hace, dice en uno de sus párrafos:
“Suele haber cuatro a seis religiosos que tienen a sus cargo la doctrina de un poblezuelo de indios mexicanos que está poblado en el arrabal de esta villa, en el cual tienen los indios otra iglesia propia la vocación de San Juan; será en número cincuenta indios pocos más o menos”.

Todo hace suponer que la referencia era al pueblo de indios de Analco, donde Fray Diego de la Cadena había fundado en 1558 la misión de San Juan.
Durante los dos siglos y medio de dominación española, Analco conservó su independencia de la ciudad y siempre estuvo poblado por indios, mientras que en la ciudad de Durango radicaban los españoles y mestizos. La Comunicación entre la ciudad y el barrio era interrumpida cuando por las abundantes lluvias aumentaba el caudal el arroyo, por lo que se hizo necesario construir un puente que fue inaugurado el día 25 de mayo de 1795, siendo el primero de este tipo sobre la Acequia Grande.

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